Pablo es un nómada que viaja por el mundo en bicicleta, con su perra Hippie. Para quien no los conozca podéis seguirles en su canal de Youtube y en su página web Bikecanine.com
¿Cuándo decidiste que lo dejabas todo para viajar con tu perro por el mundo?
Empecé a hacer los viajes de una manera muy progresiva. Primero con una semana, un mes que tenía de vacaciones… Pero eso no me llenaba, porque al final siempre tenía que volver. Entonces, en el año 2014, pedí un permiso de tres meses en el trabajo para poder hacer un viaje más largo y me dí cuenta de que así es como yo quería vivir. Al volver planeé dejar el trabajo en 2016, pero después del primer mes trabajando me di cuenta de que no podía aguantar tanto tiempo, así que lo adelanté un año y en 2015 lo dejé.
¿Por qué con perro?
Yo era bombero y trabajaba en la Unidad Canina entrenando perros para buscar personas desaparecidas. Estaba con el perro 24 h al día, por lo que cuando me planteé hacer el viaje en bicicleta es que ni se me pasó por la cabeza hacer el viaje sin él. Es como cuando tienes una pareja y no te planteas hacer el viaje sin ella. Pues yo igual, nos lo pasamos muy bien y nos hacemos compañía mutuamente.
¿Cuáles son las ventajas de viajar con perro?
¿Las ventajas? Te abre muchas puertas con la gente, pero también te las cierra. Por ejemplo, el proyecto BikeCanine empezó gracias a Hippie. Todo el mundo se acercaba a preguntarte y hablar conmigo, porque la veían a ella en la bicicleta y decían “¡Qué cosa más rara!”, así que aproveché esa atención que recibía para utilizarla en los proyectos solidarios que hago.
¿Y las desventajas?
Estás muy condicionado por culpa de la sociedad, porque trata a los perros como si fueran algo malo o algo que molesta. En la gran mayoría de transportes, supermercados, restaurantes o alojamientos no te dejan entrar con él. Sin ir más lejos, ahora quiero ir a Gijón unos días y volver a Portugal (donde estoy ahora) para las rutas que quiero hacer este verano. No encontré ningún autobús ni tren que me dejasen ir con ella y un coche de alquiler me salía muy caro, así que finalmente, la única opción era que nos viniesen a recoger en coche.
¿Te imaginas viajar sin Hippie?
En bicicleta no he viajado nunca sin Hippie. Sí, me sería más fácil por el tema de transportes; podría coger un avión y plantarme en otro país rápidamente (una vez lo cogí con ella y ¡nunca más! Los perros lo pasan muy mal en el avión), pero no lo cambio por la compañía, la tranquilidad y la seguridad que me da. Cuando dormimos en un bosque, ella se despierta si hay un ruido y, dependiendo del ruido que sea, ya sabe qué tipo de ruido es: si es una persona, un animal… Con verla ya sé lo que es. Además, tiene mucho carácter y en algunas situaciones se pone a gruñir y a ladrar y hace que alguien molesto se vaya.
¿Cuándo has estado fuera de España en qué país has tenido menos problemas para entrar con Hippie?
En Italia, por ejemplo, se puede entrar con perro en los supermercados y en Marruecos nunca he tenido problemas para alojarnos. En los países de Europa del Este estuvimos en hostales y tampoco hubo mayor problema. En alojamientos que en España sería una locura allí es como si nada, se quedan en plan “no sé qué decirte”, así que no les dejo pensar mucho, les digo que no hay problema y entro con ella.
¿Te costó mucho que aprendiera a subir a la bici? ¿ y que camine a tu lado?
Hippie era perro de rescate, ya tenía una base de entrenamiento de equilibrios, en altura, en vacío, así que para ella subirse a la bicicleta es fácil, porque tiene una base, no tiene miedo y se siente segura en situaciones parecidas. No es como si cogieses un perro cualquiera y lo subes. A los perros de rescate se les enseña a que estén encima de escombros o a caminar por pasarelas con movimiento y que no se asusten. Ella también tenía una base de obediencia, por lo tanto fue más fácil que aprendiese a subir.
Hay perros que en su vida lo van a hacer, porque pueden tener miedo a las alturas, pero con un poco de trabajo al final lo consiguen. Como Mus, el perro de Eva y Sergio de “Viajar & Roll”. Estuve con ellos un par de semanas para enseñarle a subir a la caja de la bici.
¿Cuándo has pasado fronteras de otros países te han puesto algún problema por viajar con ella?
Al viajar con ella miro mucho a los países a los que voy. En la Unión Europea no he tenido problemas y cuando he salido de Europa tampoco he tenido problemas para salir, pero sí para volver a entrar en España, porque son más restrictivos, pero si tienes todos los papeles al día, sus vacunas y el test de la rabia no vas a tener problema.
Como anécdota, muchas veces me piden medio en broma el pasaporte del perro, se lo doy y como en la libreta pone “Pasaporte De Animal De Compañía” se quedan un poco alucinando.
Hay países que tienen cuarentena. En Islandia, por ejemplo, tendrías que esperar la cuarentena para poder entrar con tu perro.
¿Y cuando fuiste a Marruecos te pusieron algún problema?
A Marruecos he ido dos veces con Hippie. La primera vez la guardia civil me pidió los papeles, pero por mi seguridad, para que allí no me pusiesen problemas. Al entrar en Marruecos nadie me pidió nada, pero para volver a España sí que me pidieron los papeles y aquí sí que es importante la vacuna de la rabia, porque en Marruecos sí que hay rabia.
Sé que has tenido problemas en los barcos para ir con Hippie hasta en la cubierta. Cuéntanos un poco cómo ha sido tu experiencia para la gente que no lo sepa.
Ha sido una experiencia horrible. Sinceramente, no lo entiendo. Puedo llegar a entenderlo en un autobús en el que viaja mucha gente y también puedo entender la postura del que está al otro lado, aunque no lo comparta, pero es que estos barcos eran inmensos. Había sitio de sobra para crear una zona común en la que los dueños de los perros puedan estar a cubierto con ellos. Había barcos en los que si hacía buen tiempo, se estaba en cubierta y no pasaba nada, pero los días en los que llovía o hacía frío… Ha habido noches en las que he tenido que estar en el exterior y es una locura. Puse hojas de reclamaciones en todos los barcos (no sé si servirán para algo), pero bueno. No lo entiendo, porque a las compañías no les cuesta nada, tienen contenta a la gente con perro y es un servicio extra que están dando.
En definitiva, una mala experiencia tanto para Hippie como para mí, no solo porque ella lo pasó mal en las jaulas donde me obligaban a dejarla y no me dejaban estar junto a ella todo el viaje, sino también por el trato que recibí de la gente que trabajaba en el barco, porque en algunos casos fue muy malo. Dependiendo de la persona, algunos me decían “yo te entiendo, también tengo perro, pero son las normas y yo no puedo hacer nada” y otra gente te decía de manera despectiva “¡venga, anda ya! Que es un perro, no pasa nada” o me tenían como un quejica “venga que es un perro va a estar unas horas nada más” y yo les decía “ya, pero métete tú en un sitio que no sepas lo que es, con ruidos, olores, frío y lluvia o sol (en otras jaulas que les pegaba el sol durante una parte del viaje)”.
¿Has tenido más incovenientes en algún sitio más para entrar con ella?
Los primeros viajes que hicimos al principio pues no me gustaba mucho acampar solo por ahí hasta que me acostumbré, entonces lo que hacía era buscar albergues del camino de Santiago (el primer viaje lo hice por la parte del camino, pero en dirección contraria). Me iba a los albergues, pero no me dejaban entrar con ella, así que, como sabía dónde ir, dormía fuera del albergue. Con el tiempo, gracias a eso, empecé a dormir por ahí y perdí cualquier miedo que pudiera tener.
Para finalizar, que les dirías a la gente que no viaja con su perro para que empiece a hacerlo?
Hay gente que tiene perro, porque le encantan los perros y a esas personas no hace falta decirles nada, pero luego hay gente que tiene perro, pero que no es pasión lo que sienten por él. Tiene que ser muy fuerte esa unión para que no te importen los problemas que podáis tener durante el viaje.
Sólo puedo decirles que viajar con perro es algo guay, que tiene problemas, pero que la parte buena es genial. Que se lo planteen como un viaje diferente. Viajar con perro es adaptar el viaje a él. Es muy interesante y además estás con tu amigo.
Si de verdad quieres a tu perro… Es que es algo difícil de explicar. Si viajas con tu perro te pasas 24 h con él, entonces el vínculo que generas no es lo mismo que si vives en un piso y trabajas 8 horas fuera. La relación que vais a crear es durante las dos horas al día que saques al perro a pasear. Sin embargo, viajando con él la conexión que creáis es brutal. Sólo con mirarla ya sé si le pasa algo y nos comunicamos a la perfección.
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Que manera tan interesante de conocer a Pablo&Hippie y gracias a uds por mostrar que se puede viajar con perros y no excluirlos de nuestras vidas
Nos alegra que te haya gustado la entrevista!