Hoy entrevistamos a esta pareja tan viajera, con mil historias que contar…
Nosotras ya te conocemos pero para quién no… ¿Cuéntanos quiénes sois y que hacéis?
Somos Rober y Cocaí, dos compañeros de dos especies diferentes; juntos formamos Viajeros Perrunos. Hemos viajado por Sudamérica (donde nos conocimos) y Norteamérica (y también un poco por Europa). El proyecto surgió cuando, después de varios años de viajes juntos, nos dimos cuenta de que mucha gente nos preguntaba que cómo lo hacíamos, que querían también viajar con sus perros. Así que, además de por amor al arte de viajar, ahora tenemos otra motivación extra para seguir “on the road”. Buscamos dos objetivos principales:
ANIMAR A OTROS A VIAJAR CON PERRO. Demostrar que no solo es posible incluso en las condiciones más modestas (si bien no voy a decir que sea pan comido), sino que además es la experiencia más maravillosa del mundo. Lo mejor es, simple y llanamente, compartir la aventura con tu compa peludo. Pero además tiene una gran ventaja: el acercamiento a la gente. Porque hay amantes de los perros en todos los rincones del planeta (que es otra de las cosas que queremos mostrar). Ya está bien de oír un “no voy a adoptar de momento porque tengo planes de viajar”. La idea es que a largo plazo seamos muchos más viajeros perrunos en las carreteras y que la infraestructura turística no tenga más remedio que adaptarse a nosotros: más establecimientos, alojamientos y transporte dog friendly.
CONCIENCIACIÓN ANIMAL. Contribuir con nuestro granito de arena a elevar la sensibilidad por los perros y los animales en general. Un perro es una herramienta de socialización masiva, y podemos aprovechar esta ventaja para ayudar a entender a otras personas lo que un perro significa realmente, en especial en zonas menos amistosas con ellos o donde están menos acostumbrados. Cosas tan sencillas como ver a un perro limpio, cuidado y querido ya significan mucho en algunos lugares. Además, los primeros en acercarse suelen ser los más pequeños, los representantes del futuro. Es verdad que no tenemos muchos medios, pero estoy trabajando en ello. Quiero hacer un documental para nuestra próxima aventura (Asia) enfocado en la cultura perruna de cada país que visitemos.
Lo que persigo en ambos casos es, en definitiva, la adopción.
Todo esto lo pienso documentar en el blog y en las redes. No sé si podremos motivar a muchas personas a viajar con sus perros, y no sé hasta qué punto podremos poner en práctica nuestra labor de concienciación… Pero al menos mostraremos que allá donde vamos hay amor perruno del bueno.
Sabemos que tú viajabas sin perro hasta que alguien puso en tu camino a Cocaí… Cuéntanos un poco cómo pasó.
En la falda de una montaña a las afueras de Samaipata, un pueblo boliviano a caballo entre los Andes y la Amazonía. Estaba abandonada en unos cartones, a punto de morir. Eso fue en junio de 2014 y hoy ya tiene casi 5 años (cuando la encontré tenía solo un mesecito de vida).
¿Tenías pensado quedártela?
¡No! La idea era llevarla al veterinario para ponerla bien (y quitarle las pulgas, que estaba infestada) y luego darla en adopción a una familia boliviana que la quisiese. Pero me enamoré.
Para quien no lo sepa, ¿de dónde viene el nombre de Cocaí?
Se llama en realidad Coca Açaí. La quería poner un nombre compuesto, como buena latina que es, y elegí esos dos por la planta sagrada de la cultura andina y por el riquísimo fruto de la Amazonía. Nunca la llamo Coca Açaí, ¡ni siquiera cuando me enfado! Todo el mundo la conoce por Cocaí o Coqui.
¿Por cuántos países habéis viajado juntos?
Más que países me gusta hablar de experiencias. Hemos tenido dos grandes viajes de año y medio cada uno por Sudamérica y Norteamérica. En algunos países hemos estado apenas 4 días (Colombia, adonde tenemos que volver sí o sí) y en otros un año (Canadá). Pero serían 12 en total (por orden de visita de Cocaí): Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, España, Francia, Portugal, México, EEUU y Canadá. En apenas tres semanas la lista empezará a crecer en nuestro camino rumbo a Asia.
¿En algún país te han puesto problemas para entrar con ella? Si es que sí, cuéntanos un poco.
No, pero cuento un poco mi experiencia igualmente.
Fue más difícil al principio, cuando Cocaí no tenía pasaporte europeo. Con este documento es todo más fácil, tal como ocurre en nuestra especie. Siendo europeo o norteamericano, por norma general, la vida es más fácil, incluido el tema burocrático. Nunca nos han puesto problemas serios, pero porque también hemos llevado todo en regla. Para cruzar por tierra, que es como hemos hecho casi todas las fronteras, normalmente solo se necesita que tu perro tenga la vacuna de la rabia en vigencia. A veces pueden pedirte un certificado de salud de un veterinario y también una desparasitación en los días previos al cruce.
En avión es otro cantar, es todo más estricto. Escribí una entrada con todo el tema de documentación perruna, por si le queréis echar un ojo: https://www.viajerosperrunos.com/single-post/documentacion-perruna
También he de decir que hay algunos países muy estrictos para entrar incluso teniendo todos los papeles, como Australia, Nueva Zelanda o Japón (de Europa Reino Unido es probablemente el más difícil, pero están aligerando bastante en los últimos años).
¿Qué es lo mejor de viajar con perro? ¿Y los inconvenientes?
Lo mejor de viajar con perro es, simple y llanamente, viajar con perro. Compartir esa aventura con tu compa peludo: las montañas, ríos, lagos, playas, selvas, desiertos, pueblos, ciudades son mucho más bellas en compañía de tu perro. Ya solo por esto vale la pena el sacrificio. Pero es que además tiene una ventaja “colateral”: el acercamiento a la gente. “El viaje son las personas”, eso es algo que se aprende viajando. Los sitios turísticos que son el motor motivante en un principio van dejando paso a las personas, que son las que permanecerán en la memoria meses… años después de haber terminado tu aventura. Con un perro vas a conocer a muchos viajeros y, sobre todo, gente local. Porque también así es cuando te das cuenta de que hay amantes de los perros en todas partes.
También hay muchos inconvenientes sí. Si no viajas con vehículo propio o tu presupuesto de mochilero no te permite alquilar un coche, la desventaja principal es el transporte. Es muy difícil todavía el acceso en transporte público en la mayoría de países del mundo. Nosotros viajamos a dedo porque nos encanta (conocemos gente, vivimos experiencias únicas y ahorramos para prolongar el viaje), pero hay otras opciones, como coches compartidos… o bici. El avión si tienes un perro pequeño con el que puedas volar arriba también es recomendable. Si no solo lo recomiendo utilizar si vas a hacer un viaje largo de meses y tienes que cruzar sí o sí océano. Pero bueno, también he conocido gente que dice que su perro se queda tan tranquilo en el avión…
El otro gran enemigo es el alojamiento. Adiós a la mayoría de los hostels y albergues. Queda Cochsurfing y, para los que viajan con algo más de presupuesto, hoteles y alquiler de habitación. Nosotros viajamos con una tienda de campaña y su correspondiente equipo de camping. Vale la pena cargar con todo esto en la mochila porque nos encanta la naturaleza (nos permite hacer rutas largas de varios días), nos da libertad y ahorramos. Además, muchas veces nos quedamos atascados por la noche en la carretera haciendo autostop y no nos queda otra que montar el campamento donde buenamente podamos para seguir viaje al día siguiente.
Por último, también mencionar que en ocasiones puede que te pierdas algún lugar al que querías ir (porque los perros no suelen ser bienvenidos en museos, sitios arqueológicos, etc.). De todas formas, siempre puedes montártelo para hacer prácticamente cualquier cosa: yo he dejado a Cocaí en casa del Couchsurfing, con gente local, en un centro de adiestramiento canino…
¿Volverías a viajar solo después de saber lo que es viajar con ella?
No cambiaría por nada del mundo un viaje con Cocaí. Viajar con perro es lo mejor que me ha pasado. Todo el amor que te da y las aventuras y gente que te brinda son incomparables. Aunque sea más difícil y a veces te pierdas cosas. Así que la respuesta es no.
¿En qué países es más fácil viajar con tu perro? ¿Y los más complicados?
Los más fáciles, bajo mi punto de vista, han sido EEUU y Canadá. Para empezar, muchos alojamientos (aunque sean caros) son dog friendly, e incluso en algunas zonas, como la costa de Oregon, hay buses que permiten la entrada de perros. Por no hablar de todos los establecimientos pro perros… Y la gente. Allí todo el mundo ama a los perros. Y, por tanto, el autostop es bastante fácil. No me habrán dicho veces “te llevamos por tu perro”… Hay mucha naturaleza además.
El más complicado diría que fue en Chile, si bien pasé poco tiempo. Me pidieron muchísima documentación al pasar la frontera desde Perú e incluso subir a un bus con jaula en la zona de abajo es complicado (tuve que hacerlo en un par para llegar a Santiago, desde donde volaba a Madrid). Además, ni siquiera son bienvenidos en la mayoría de Parques Nacionales… Por otro lado, el pueblo chileno tiene mucho amor por los perros.
Tema transporte… ¿En qué sueles viajar? Porque al viajar con perro por desgracia en algunos transportes es más complicado.
Autostop, como ya he comentado. Es la manera más alucinante de viajar. Y la forma que te regala más contacto con la gente. Hemos hecho amigos con los que seguimos en contacto años después. Y aprendes varias lecciones de vida: la más importante que la gente es buena, independientemente de su nacionalidad, condición socioeconómica, ideología política o religiosa, género y edad. Todo el mundo está dispuesto a ayudar.
También hemos viajado en algunos buses que nos han dejado subir, en barcos (viaje por la Amazonía, fiordo de la costa de British Columbia hacia Alaska), coches compartidos, alquiler de coche cuando hemos recibido visitas… Pero el 95% de nuestros trayectos los hemos hecho gracias a nuestro pulgar prensil (¡bueno, al mío, que Cocaí no tiene!). Y a la buena gente que ha pasaba por ahí.
¿No te da miedo hacer autostop?
La pregunta es muy interesante. Mucha gente se lo pregunta.
A mí me daba respeto al principio, pero ahora ya no. Todo lo que me he encontrado ha sido gente de buen corazón que nos ha ayudado. Y esto no es algo que me haya ocurrido solo a mí: todos los viajeros y viajeras (que también hay chicas que viajan solas y haciendo dedo) con los que he hablado dicen lo mismo.
No obstante, también hay que tener en cuenta que es un “deporte de riesgo”. A pesar de todas estas bellas almas samaritanas que hay esparcidas por el mundo, siempre puede haber alguien que busque otra cosa. En todo este tiempo viajando yo solo he tenido algún susto con conductores que no se les daba muy bien pilotar jeje. Y bueno, la vez que nos llevaron unos narcos en el norte de México, que aunque luego resultaron ser majísimos y nos ayudaron mucho el susto me lo llevé… Pero habrá quien se haya topado con alguien que se haya intentado aprovechar. Y obviamente, en ese tipo de situaciones y muy a mi pesar, una mujer lo tiene más complicado. Como en casi todo, ser hombre es una ventaja. Hacer autostop no es una excepción.
Resumiendo, yo lo recomendaría a todo el mundo. Porque es la mejor manera de descubrir que el mundo está lleno de buena gente dispuesta a ayudar.
¿Qué papeles te han pedido al entrar en los países?
Depende de si vas a entrar por aire o tierra. Y también varía en función del país de origen y destino. No hay una respuesta fija desafortunadamente. Los esenciales que suelen estar siempre a la orden del día del viajero perruno son: vacuna antirrábica, desparasitación externa (puesta en los días previos al viaje), chip y certificado de salud de un veterinario (emitido en los días previos al viaje).
Tema vacunas… Has tenido que ponerla alguna vacuna especial para algún país?
Suelen pedir únicamente la vacuna de la rabia en vigencia (esto es, administrada dentro de los últimos doce meses). Pero hay en países donde son muy muy muy recomendadas otras vacunas adicionales. Por ejemplo la heptavalente, también conocida como hexavalente o tetravalente (y seguro que de otras formas también). Son virus típicos de algunas regiones, como en Sudamérica. Esa se la puse de cachorra, que es precisamente el momento de más riesgo. También se la pongo en España cada año, que es recomendada.
Cuéntanos alguna anécdota (buena o mala, lo que quieras o las dos :D) de algún viaje con ella.
Son tantas buenas… Nos ha acogido mucha gente en sus casas después de habernos recogido haciendo autostop. Por ejemplo, una familia de Yucatán, México. Todo empezó preguntando a un hombre en una gasolinera si podía llevarnos… Y una semana después no había manera de salir de una casa en la que me habían adoptado. Toda esa semana de intercambio cultural ha desembocado en una gran amistad que hoy día sigo manteniendo. Y así nos ha pasado decenas de veces, sin exagerar. Sin duda, las mejores anécdotas tienen que ver con personas: “el viaje son las personas”.
Otra súper ventaja, que lo considero anécdota, es que viajar con un perro es genial para hacer marchas de trekking. Al menos con algunos perros, como Cocaí, que hace de guía y sabe perfectamente qué camino hay que tomar… Y también es guardiana. ¡A ver quién o qué se atreve a acercarse a nuestra tienda!
Malas no recuerdo casi ninguna. La del autostop con los narcos en el norte de México. Nos llevamos un buen susto, pero solo querían saber mi perspectiva sobre su “negocio” y nos ayudaron un montón. ¡Hasta nos dieron dinero negro! No hubo manera de rechazarlo. Esta historia tiene para mucho la verdad.
Otra fue en el Yukón, en Canadá… Íbamos a hacer una ruta de cuatro días por una zona donde hay una gran densidad de osos. Total, que era muy recomendado llevar un spray anti osos. ¡Pues ya podéis imaginar lo que pasó! No sé qué hice, que lo apreté sin querer cuando estaba mirándolo. Recuerdo una nube naranja aterrizando en mi cara, directamente en los ojos y la nariz. Tuve que pasarme más de una hora (quizás dos) sumergiendo la cabeza en un lago. El dolor era horrible y no veía nada. Luego nos cruzamos con algún oso en esos días, pero por suerte no se nos acercó ninguno. ¡No le deseo a ningún oso lo que me pasó!
¿Cuál ha sido el país que más te ha gustado conocer con Cocaí?
Canadá. Está lleno de naturaleza, el clima es templado-frío y lo de la gente con los perros allí es otro rollo. ¿Qué canadiense no ama a los perros? Estuvimos casi un año y Cocaí disfrutó como nunca libremente por sus bosques y montañas guiándome en las rutas que hicimos y persiguiendo ardillas.
Le seguirían Perú, Ecuador, México y EEUU.
¿Qué sientes cuando viajas con ella? Y en general que te aporta viajar?
Cuando viajo con Cocaí siento cariño, siento un amor incondicional hacia ella, porque es como mi hija. Siento mucha felicidad cuando logramos hacer algo juntos (y un poco de orgullo por haberlo hecho después de haber escuchado que con un perro no se podía hacer). Siento libertad cuando viajo. Me aporta una libertad sinigual y momentos eufóricos en contacto con la naturaleza. Y, sobre todo, siento muchísima gratitud hacia toda la gente que nos hemos topado en el camino. Una vez una mujer argentina me dijo: “No hay mejor belleza ni paisaje que el ser humano”. Puede estar mal formulada, pero lo que viene a decir es que el ser humano es capaz de lo peor… pero también de lo mejor. No solemos quedarnos con este mensaje. Puedes visitar los lugares más espectaculares del mundo, pero lo más bonito que tiene viajar es conocer personas y darte cuenta de que están ahí para ayudarte cuando más lo necesitas. Solo me queda decir gracias a todas estas personas que nos han dado comida, casa, cariño (sobre todo a Cocaí), nos han alzado de la carretera, nos han obsequiado con consejos, conocimiento, o simplemente conversación, han depositado su confianza en mí, me han apoyado en esta aventura, se han preocupado por mí… Y tantas cosas más.
Si quieres contarnos algo más…
Próxima aventura: Asia.
Saldremos en tres semanas por tierra desde Madrid. La idea es atravesar Europa rapidito y empezar la aventura como tal en Turquía. Vamos a seguir fieles a nuestro estilo perroflauta: a dedo y con unos pocos ahorros.
Tras nuestras dos grandes aventuras por Sudamérica y Norteamérica, nos lanzamos con emoción ahora a este proyecto asiático con varios objetivos en mente:
– Demostrar que viajar con perro se puede SIEMPRE (incluso sin vehículo propio). Las dificultades quedan eclipsadas por lo maravilloso de compartir tu sueño con tu amigo fiel, la cantidad de bellas personas que te encuentras y las aventuras vividas.
– Documentar la realidad perruna en Asia: eliminando estereotipos. Estoy seguro de que hay amantes de los animales en TODAS PARTES.
– Generar conciencia animal. Tanto en los locales, a través del contacto directo con la gente (y hablando con protectoras y ONGs locales, en la medida de lo posible), como en aquellos que sigan nuestras aventuras por el blog o las redes.
Queremos, en definitiva, animar a más gente a viajar con sus perros y promover la adopción de perros de protectoras y de las calles.
Cómo vamos a financiarnos
Aunque viajamos gastando muy poco (en alojamiento y transporte apenas invertimos), partiremos con más bien poco presupuesto y el dinero se acaba, claro. Tengo varias ideas para mantenernos.
La manera en que la gente puede contribuir a nuestro viaje es comprando unos diarios que escribí. Siempre me llevo mis diarios para inmortalizar en el papel lo vivido. Ya está disponible la primera saga, la de nuestro encuentro y viaje por Sudamérica: “Diario de viajes por Sudamérica y cómo convertí a una perra callejera en mochilera”. ¡En Amazon y Smashwords! Más información aquí: https://www.viajerosperrunos.com/diarios . También voy a vender postales viajeras por el camino.
Además, vamos a seguir generando contenido en las redes y el blog. En especial, vamos a hacer nuestro canal de YouTube contando las experiencias y aventuras que vivimos. Ojalá podamos hacer entrevistas a locales y gente que colabore en el mundo de los derechos de los animales, pero no sé si se podrá, sinceramente. La idea es intentarlo.
Dos amigos inseparables
¡GRACIAS POR ESTA ENTREVISTA ROBER, ESPERO QUE TODO EL MUNDO LA DISFRUTE TANTO COMO NOSOTRAS!